sábado, 7 de septiembre de 2013

EL DIA DESPUES (AL CAISS)


Pasados unos días desde la concentración en contra del cierre de la oficina de la Seguridad Social, uno parece que piensa con más frialdad y por lo tanto con más acierto (creo) sobre la actuación del equipo de gobierno del Ayto. de Almadén, y sobre la actuación de su bigote sobresaliente y su rémora, (en su primera acepción de la RAE), del grupo llamado a sí mismo y con una soberbia de libro "independiente".

Como digo, estos días le he estado dando vueltas a la cabeza sobre como en la España del siglo XXI, un alcalde que ha tenido la genial idea de intentar desactivar una protesta legal, lícita y sobre todo justa, con un panfleto a dos caras pagado con vaya usted a saber qué dinero, haya conseguido que un buen porcentaje de la población pensara que dicha concentración había sido desconvocada.

Afirmaciones del tipo: "No, si ya no hay concentración, porque el alcalde ha repartido un papel donde explica que el centro no se va a cerrar", sobre todo por parte de gentes de cierta edad y de otras gentes que deben de tener la cabeza como contrapeso del culo, corrieron por el pueblo en pocas horas como corren los sobresueldos en el Partido Popular: Con rapidez y en abundancia.

Y uno se pregunta: "¿no se dieron cuenta, de que el panfleto lo ha distribuido quien no le interesa la protesta porque está de acuerdo con el cierre de los servicios públicos y en particular con el cierre del CAISS? ¿Que una convocatoria solo la desconvoca quien la ha convocado o la autoridad pertinente?"

Pero claro, al final se llega a la conclusión de que esto es España, y España apesta a autoritarismo, a caspa franquista, a fascismo enquistado en la sociedad y en sus instituciones, a dictadura no repudiada, a libertades prestadas.

Este es un país hasta donde hace bien poco, los sindicatos verticales convocaban una manifestación debidamente bendecida por los poderes fácticos y por supuesto por la autoridad, y donde no era el sindicato vertical quien la desconvocaba, era la autoridad o los poderes fácticos quienes lo hacían. Y me temo que esto es lo que pasó el pasado día 30 de agosto; que un panfleto distribuido desde el equipo de gobierno del PP-ACIAL, fue interpretado como se interpretaba el ejemplo anterior. Si el alcalde dice que está arreglado el asunto, los convocantes actuarán en consonancia y la concentración quedará automáticamente desconvocada. Y sino ya se sabe que para eso están los grises.

Es muy triste la falta de cultura democrática que tenemos en este país, pero la que tenemos en este pueblo es incluso de vergüenza ajena. Que haya habido gente que no acudió a la concentración por esto mismo, o por miedo a las represalias, o peor aún por displicencia de barra de bar, es para cerrar e irse.

Con todo, la concentración fue un éxito. Y la mejor prueba es que en el pleno convocado a petición de la oposición, la rémora (primera acepción de la RAE) leyera un comunicado felicitando al alcalde por hacer polvo el pueblo en un tiempo récord... supongo. También que PP-ACIAL votaran en contra de la moción presentada por IU y PSOE con la cual se pretendía hacer una declaración institucional en contra del cierre del CAISS, demuestra la sobrebia y el cinismo del equipo de gobierno, que más parecen centrados en agradar a la señora de Cospedal, que en defender los intereses de todos los Almadenenses.



A. Asgea


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